Las diferentes formas que se manifiesta la ansiedad
LA ANSIEDAD ADOPTA
MUCHAS FORMAS DISTINTAS.
Vea
si se reconoce en alguna de las pautas siguientes:
•
Preocupación crónica: se
preocupa constantemente por su familia, su salud, su carrera profesional, su
economía.
Se le revuelve el estómago y tiene la
impresión de que está a punto de pasarle algo malo y no es capaz de determinar
cuál es exactamente el problema.
•
Miedos y fobias: puede
tener miedo a las agujas, a la sangre, a las alturas, a los ascensores, a
conducir, a viajar en avión, al agua, a las arañas, a las serpientes, a los
perros, a las tormentas, a los puentes o a quedarse atrapado en lugares
cerrados.
•
Ansiedad por la actuación: se
queda paralizado siempre que tiene que hacer un examen, actuar, exponer, o
hacer algo delante de otras personas o competir en una prueba deportiva.
•
Ansiedad por hablar en público: se
pone nervioso cuando tiene que hablar ante un grupo porque se dice a sí mismo:
ü Temblaré
y todos verán lo nervioso que estoy.
ü Se
me quedará la mente en blanco y quedare como el idiota.
ü Todos
me despreciarán y me tomarán por un neurótico.
ü Me
voy a hacer pipi
ü Voy
a sudar como puerco
• Timidez: se siente nervioso y apurado en las
reuniones sociales porque se dice a sí mismo:
ü Todo
el mundo parece encantador y relajado.
ü Yo
no tengo nada interesante que decir.
ü Lo
más probable es que se den cuenta de lo tímido que soy
ü Deben
de pensarse que soy una especie de tipo raro o de fracasado.
ü Soy
el único que se siente así. ¿Qué me pasa?
•
Ataques de pánico: siente
ataques de pánico repentino, terrible, que parece como si aparecieran sin más y
le atacaran de manera inesperada, como un rayo.
En
los ataques usted se siente mareado, el corazón le palpita con fuerza y tiene
hormigueos en los dedos.
Quizá
se diga a sí mismo:
ü Debo
de estar teniendo un ataque al corazón.
ü ¿Y
si me desmayo, o me muero?
ü ¡No
puedo respirar!
ü ¿Y
si me ahogo?
Intenta
aferrarse a la vida. Al poco rato, la sensación de pánico desaparece de manera
tan misteriosa como llegó, dejándolo a usted desconcertado, asustado.
Se
pregunta qué habrá pasado y cuándo volverá a pasarle aquello.
• Agorafobia: le
da miedo estar fuera de su casa porque piensa que le va a pasar algo terrible.
Que
va a sufrir un ataque de pánico, que no habrá nadie que pueda ayudarle.
ü Puede
tener miedo a los espacios abiertos
ü a
los puentes
ü a
las multitudes
ü a
estar en la cola del supermercado
ü viajar
en transportes públicos.
ü
•
Obsesiones y compulsiones: le
acosan pensamientos obsesivos que no puede quitarse de la mente, de realizar
rituales supersticiosos para controlar sus miedos.
Por
ejemplo, tenga el impulso irresistible de lavarse las manos una y otra vez,
todo el día.
O
quizá se tenga que levantar varias veces después de acostarse para mirar la
cocina, simplemente para cerciorarse de que no se ha dejado encendida la estufa.
• Trastorno de estrés postraumático: le acosan los recuerdos o imágenes de
algún suceso terrible que sucedió hace meses, e incluso hace años, como una
violación, unos malos tratos, torturas o asesinatos.
• trastorno
dismórfico corporal:
Le
consume la sensación de que su aspecto tiene algo de grotesco o de anormal a
pesar de que sus amigos y su familia le intentan tranquilizar diciéndole que
tiene un aspecto normal.
Puede
que piense que:
ü tiene
la nariz deformada
ü que
su cuerpo tiene una forma rara.
Puede
que se pase muchísimo tiempo consultando a cirujanos estéticos o mirándose al
espejo porque está convencida de que todo el mundo puede ver lo terrible que es
su aspecto.
•
Preocupaciones por su salud (hipocondría): va de médico en médico quejándose de molestias, dolores, fatiga,
mareos u otros síntomas.
Está seguro de que padece alguna enfermedad terrible,
pero el médico siempre le tranquiliza diciéndole que no le pasa absolutamente nada.
Si
le acosa alguno de estos miedos, quisiera preguntarle una cosa:
¿Cuánto
daría usted porque yo pudiera enseñarle a superarlos?
Imagínese
por un momento que mañana tiene que pronunciar una conferencia o que hacer un
examen importante, y que esta noche podría acostarse sin tener ese nudo
en el estómago, sintiéndose confiado y relajado.
Si se siente
solo y mantiene una lucha contra la timidez.
¿Cuánto
daría por poder entablar una conversación interesante con facilidad con
cualquier persona y en cualquier lugar?
Y si padece
fobias, ataques de pánico u obsesiones y compulsiones.
¿cuánto daría usted a cambio de que yo pudiera
enseñarle a vencer esos miedos para siempre?
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